MABEL OLEA
Bailarina y Performer
NOMBRE: MABEL OLEA
NACIMIENTO: 13/09/1997
CIUDAD DE RESIDENCIA: BARCELONA
OCUPACIÓN ACTUAL: BAILARINA / PERFORMER
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¿En qué momento empezó a interesarte el arte? ¿Hay algún otro artista en la familia?
Siempre me he interesado por el arte, en concreto por la danza. Desde muy pequeña disfrutaba creando y anotando creaciones coreográficas que hacia y practicaba en mi salón. Todo surgía desde una posición muy naif y de juego, para mí era algo inconsciente y que aparecía de forma espontanea. Mi hermano era el mayor referente artístico que tenía entonces. Me enseñaba películas, me descubría canciones, textos, … actualmente él no se dedica al arte, aunque siempre hizo teatro y verle actuar era algo que me despertaba muchísimo interés por todo aquello.
Si tuvieses que reflejar tu lenguaje artístico en un plato de cocina, cual sería el título y sus ingredeientes.
Apostaría por un plato incomible que hacía cuando era niña. Consistía en coger harina para la base, después añadía cualquier objeto de forma curiosa que me llamara la atención y finalmente lo decoraba con purpurina.
Si lo pienso actualmente para aplicarlo a mi estilo o lenguaje artístico: la harina funciona como pilar fundamental, como alimento base, además de ser muy polifacética y camaleónica. La forma me sigue interesando, ver las posibilidades que tiene y explorar los límites de esta con la contorsión del cuerpo. La purpurina corresponde al toque de humor que tienen mis creaciones y al estado de sorpresa que generan cuando las observas. Un toque de brillo, un pequeño guiño que pienso que siempre está presente. Aunque también me siento identificada con el pan y su proceso. Un alimento sencillo, que siempre tiene pequeñas variaciones en su cocción y eso te mantiene alerta y atenta. Hay en el acto de hacer pan un mimo, una paciencia y una constancia similar y presente en mi lenguaje.
Si tuvieses que hacer un duo artístico con quien lo harías?
Me encantaría colaborar con Woody Allen. Pienso que crear algo juntos sería fantástico: por un lado porque lo admiro y por el otro porque siempre he pensado que nuestros lenguajes podrían entenderse fácilmente. Me siento muy identificada con los personajes de sus películas, los temas de los que habla y cómo los habla y me apasiona la historia de su trayectoria.
Con qué personaje histórico te gustaría cenar?
Con Yukio Mishima, sin duda alguna!
Cuando empiezas un proceso creativo de un nuevo proyecto, ¿Qué
sueles hacer? ¿Cual es tu punto de partida?
Creo que una cosa importante en mi trabajo es la intuición. Hago mucho caso a mi instinto y ese, generalmente, suele ser mi punto de partida para iniciar algo. No tengo un ritual de creación marcado, aunque seguro que si me pusiera a analizar todos mis trabajos vería que comparten muchísimas cosas en cuanto al proceso, pero es algo inconsciente. Me parece importante mantener viva esa llamita de juego inicial y no caer en una “formula del éxito” fácil a la que vuelves siempre. Creo que algo importante de mi trabajo reside en arriesgar, aunque naturalmente hayan patrones que se repitan y acuda a ellos.
¿Cuales son tus influencias?
Soy quien soy por mis vivencias, por la mezcla de decisiones, encuentros, azares, circunstancias y me resulta muy complejo citar mis influencias, ya a lo largo de mi vida me he ido empapando de muchas personas y trabajos distintos. Como he dicho anteriormente Woody Allen es muy inspirador para mi, también me inspira mucho la forma en la que Pere Calders escribe sus relatos o cómo la banda musical Manel canta y traza sus historias. Las creaciones de Peeping Tom me entusiasman, el trabajo de Erwin Wurm, Jan Hakon Erichsen o John Wood y Paul Harrison, por ejemplo. El butoh es también una influencia y una revelación muy clave para mí. Lo son también las películas de Haneke o las piezas de Romeo Castelluci. Y un larguísimo etcétera!
Proyecto o pieza que recuerdes con cariño dentro de toda tu
trayectoria.
Recuerdo con cariño “Silent room” una pieza de corta duración que hice junto con mi amiga María Jurado. Esa pieza fue reveladora para nosotras en muchos sentidos. “Silent room” pretendía crear la danza de dos cuerpos con inteligencia artificial que chocaran con sus propios límites al intentar sumergirse en nuestra realidad sensible. La historia de dos cuerpos repletos de intención humana que fracasan en su intento de sentir y de emocionarse. Aquello nos trajo un trabajo de investigación muy profundo que nos hizo sumergir por completo en una experiencia que iba más allá de la creación de una pieza de danza.
¿A qué sitio irías a "desconectar" del arte durante unos días?
Primero creo que tendría que familiarizarme un poco más con la palabra desconexión. Me cuesta muchísimo desconectar, de echo creo que nunca logro hacerlo del todo, aunque tampoco lo deseo. Siempre veo algo que me recuerda a o que me iría bien para. Y la verdad es que me gusta que sea así! eso me hace mantener viva e ilusionada con mi trabajo.
¿Qué te traes ahora entre manos con respecto a tu trabajo?
A pesar de ser tiempos difíciles que están afectando una barbaridad al sector que me dedico tengo la suerte de estar muy activa actualmente. A nivel de dirección, estoy creando “JAPAN” mi primera pieza de gran formato con un equipo increíble que me está ayudando y confiando en todo lo que hago y propongo. Ese es mi mayor proyecto e ilusión ahora mismo. Al mismo tiempo, estoy desarrollando una pieza en formato de solo “THE BIG CITY” y trabajando para Manuel Rodríguez y Marie Gyselbrecht, coreógrafos de los que estoy aprendiendo y disfrutando muchísimo.
RECOMENDACIÓN:
Libro: “Bouvard y Pécuchet” de Gustave Flaubert
Película: “Annie Hall” de Woody Allen, siempre!
Obra: “Muerte de un viajante” de Arthur Miller
Si tuvieras que describirte en una sola frase, ¿cuál sería?
“No quiero realidad quiero magia”
¡GRACIAS MABEL!
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